martes, 17 de diciembre de 2013

Trébol blanco


El Trébol blanco o rastrero (Trifolium repens) es una herbácea perenne extendida por todas las regiones de clima mediterráneo del mundo, que florece desde principios de primavera hasta finales de otoño y se puede encontrar desde nivel del mar hasta más de 2500 msnm.


De origen centroeuropeo, se ha extendido por todas las zonas de clima templado merced a su utilización como planta de pastoreo (resiste muy bien el pisoteo) mezclado fundamentalmente con gramíneas, ya que gracias a sus estolones perpendiculares al suelo suministra el nitrógeno que necesitan estas últimas, mediante la fijación del mismo en sus nódulos radicales (por bacterias nitrificantes). Es menos frecuente su utilización como planta forrajera (mediante siega y henificación).


Además de por sus estolones (propagación vegetativa), también se propaga (y se siembra) mediante las minúsculas semillas acorazonadas que fructifican en sus aromáticas flores blancas o blanco-rosáceas de hasta cuatro centímetros de diámetro. Estas tienen forma de capítulo, conteniendo cada uno de ellos entre 50 y 200 flores individuales, sobre un pedúnculo que nunca suele superar los 10 cm. de altura, debido a su carácter rastrero (su apellido, repens, significa "reptante, que se arrastra" en latín).


Para crecer necesita mucha luz y una temperatura moderada, siempre con la necesaria humedad, por lo que para su aprovechamiento, los prados han de ser regados con cierta asiduidad o en su defecto deben estar ubicados donde la sequía estival sea mínima, para que las bacterias del género Rhizobium puedan realizar su cometido. Al igual que su primo el trébol rojo (que ya vimos en otra entrada), sus hojas pecioladas son trifoliadas, con una mancha característica blanca en forma de media luna cerrada (recuerda vagamente a una "V") en su anverso, con sus bordes finamente serrados y carentes de vellosidad.


Crece además de forma espontánea en bordes de arroyos y fuentes, en lugares húmedos y soleados. En céspedes presenta color verde todo el año, resistiendo muy bien el corte, aunque no es aconsejable su masificación, ya que es resbaladizo debido a su humedad y mancha la ropa. De todas formas, existen variedades más ornamentales en el mercado para praderas de baja altura y que soportan bien las bajas temperaturas.


Su creciente utilización como planta forrajera hace que se comercialicen distintas variedades de hoja pequeña (enanas: Kent, Aberystwyth...), intermedia (hoja común: Kersey, Barbiean, Cultura, Pertina, Wikla...) o grande (Ladino, Haifa, Regal, Tamar, Sabeda, Retor, Milkanova...), con distintos comportamientos ante heladas, sequías, etc. La más consumida en España es con diferencia la variedad Grassland Huia.


En la cocina hay que tener en cuenta que es indigerible crudo, pero mejora una vez cocido durante unos 10 minutos. Las flores secas y semillas se utilizan molidas como harina muy nutritiva para mezclar con otros alimentos. El agua que produce su infusión es un saludable té. Al contrario que el trébol rojo, el trébol rastrero no tiene muchos usos como planta medicinal, pero puede utilizarse como depurativo y tónico general.



Árbol taxonómico: Magnoliopsida / Fabales / Fabaceae / Trifolium / Trifolium repens, L. 1753 [sin. Lotodes repens, T. limonium, T. stipitatum] [subsp. macrorrhizum, prostatum] [var nevadense, orbelicum, orphanideum y docenas de variedades agrícolas]

Nombre en inglés: White Clover, Dutch Clover
Nombre común: Trébol blanco, Trébol rastrero, Trébol amargo, carretón, chupamieles, chupón, trebolillo, Trébol manchado, Trébol ladino.


Distribución: Todo el mundo, en zonas de clima templado, desde nivel del mar hasta por encima de los 4000 msnm. Aparece en toda Europa y en la península ibérica en todas sus regiones.

Hábitat: Prados de siega y pastoreo, bordes de arroyos y fuentes, riberas. Terrenos frescos de piso montano y suelos ricos en nutrientes. Necesita luz y humedad suficientes. En la mayoría de los céspedes de los jardines y campos deportivos de la mitad norte de la península ibérica aparece mezclado con la hierba y la grama para dar consistencia, tupir y cubrir suficientemente el suelo.


(c) Javier Díaz Barrera, 2013.

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